Día tras día se escucha decir en las escuelas que "existe una ruptura entre la teoría y la práctica"; que, mientras los especialistas y académicos hablan de teorías en conferencias y cursos, la realidad escolar se fragmenta y naufraga, sin solución de continuidad; que la teoría es muy linda, pero que hacer es otra cosa; que, como resultado de esta dicotomía aparecen brillantes ideas formuladas en los PEI que no tienen concreción en la vida escolar.
Incluso suelen oírse serias descalificaciones sobre las teorías tales como que"... no sirven...","...con ellas no se resuelven los problemas...", como si acaso no fuesen las Teorías las que nos permiten mirar para pensar el mundo, entenderlo, formular explicaciones. Por supuesto que existen "Teorías vulgares", "Mitos", Teorías científicas"... Ningún ser humano puede desconocer estas afirmaciones; ya que sería como negar la palabra como herramienta del Pensamiento.
Cabría preguntarse entonces si habremos "metabolizado" lo suficiente las teorías más allegadas, cuál sería el sentido del hacer para que las teorías sirvan a la hora de resolver los problemas en las instituciones escolares.
A poco de andar en la Gestión escolar e intentar poner en marcha propuestas educativas, se comprende que el hacer es otra cosa que el decir, ya que, "vivificar una idea teórica" desde la gestión, significa ser capaz de contrastarla con otras ideas adversas, convocar a los que la comparten a participar en la tarea de concretarla, sostener los ánimos de los que vacilan o desconfían para seguir ganando colaboradores. Se necesita seguir, sin declinar, el camino de la idea a pesar de los obstáculos que se interpongan.
Concretar ideas teóricas significa, desde la gestión: corregir ideas vulgares, encausar las discusiones sobre las mismas, vigilar el desarrollo de dichas ideas, alabar las buenas actitudes, reprender a los que producen desviaciones, valorar inmensamente tanto los grandes como los pequeños logros, afrontar la desilusión y la amargura del fracaso parcial, no desanimarse, comenzar desde el principio si es necesario, sacrificar los días luchando contra los que "ponen palos en la rueda" o desafían con enfrentamientos desde el poder pretendiendo cambiar para que nada cambie.
Se necesita ponderar todo el tiempo las razones que hay para callar o para hablar, para responder a las ofensas o para procesarlas en silencio.
Formular y actuar, actuar y formular (dialécticamente) una Propuesta Pedagógica desde las teorías científicas, significa vivir en tensión permanente, pensar por la noche en la labor del día siguiente, rehacer el plan hora por hora.
Se necesita también, controlar y dirigir la propia acción, saber escuchar las objeciones, las perplejidades ante los acontecimientos, las quejas, las aprobaciones y desaprobaciones.
Se debe soportar el desorden de las propias rutinas, comer de prisa, dormir poco, "trabajar un montón para conseguir un poco"...
En este acontecer es fundamental, desde la gestión institucional, la reconstrucción del espacio de "lo ético" no como la imposición de contenidos morales expresados a través de discursos y mucho menos con discursos enunciados hipócritamente. La Ética debe ser construida a partir de la implicación de las personas con la vida escolar y sus problemas, a partir de aquellos emergentes desde donde se puede comprender que hay límites que es necesario tener para construir nuevas reglas, formas de inclusión en dichas reglas, formas diferentes de convivencia.
Los nuevos tiempos estan exigiendo, nuevas figuras "estructurantes", "nuevas figuras adultas" que generen salidas socialmente válidas, a partir de dicha implicación.
Quien se atreve a militar en esta lucha del "día a día" y del "codo a codo", quien asume el compromiso de iniciar el largo camino de la "acción y la realización" quizá vea "germinar brillantes ideas y florecer teorías científicas, en la vida cotidiana de las escuelas"; y para ello debe también, desarrollar nuevos saberes y habilidades que le permitan ser eficaz en esa lucha.
Profesora Susana Morelli.
Directora
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